SENSOTERAPIA

                     SPG   SENSOPULSOGIMNASIA CUÁNTICA                Escuchar audio con la terapia

SOMOS ENERGÍA, CONOCERLA ES CONOCERNOS Sensopulsogimnasia y Sensoterapia son técnicas para enseñar a sentir, pero mejor aún a transformar cualquier estado displacentero en placentero. La idea es aprender a conocer la energía que produce nuestras sensaciones y a manejar esas energías y sensaciones a nuestro favor. Son dos pilares: 1) reinterpretar como bueno lo que nos parece desagradable y 2) técnicas para lograr esta transformación.

La gran unificación, el sueño de Albert Einstein, nunca será posible sin incluir el estudio de la consciencia. Religión viene de religare (volver a unir), Yoga significa Unión, todas las religiones van detrás de ese «Todo es uno». Ciencia y religión búscan la unión, el todo, la consciencia de la luz. La energía es como el agua, toma la forma del recipiente que la contiene. Hasta no ser conscientes de la energía la seguiremos confundiendo con sus recipientes. Esos recipientes son  nombres como: vacío, depresión, soledad, silencio, etc. Sin embargo, la energía es una espiral, un remolino que solo se puede sentir y disfrutar, cualquier nombre es solo un recipiente más. La energía corporal surge de oscilaciones eléctricas en las neuronas y las células, todos la sentimos intensamente a través del sexo pero también cuando al hacer contacto con alguien nos recorre un corrientaso y ocasionalmente hasta podemos ver la chispa. Por tratarse de electrones, energía y ondas, la física cuántica es la ciencia que debería explicar las sensaciones, pero aún no sabemos como sentimos, sabemos poco de la energía y su relación con las sensaciones, el cerebro y la conciencia. Al introducir un termómetro en agua cambiamos la temperatura original, nunca podemos saber nada de algo hasta no medirlo y al medirlo lo transformamos. Medir implica cambiar lo medido. Los aparatos que miden la energía (voltímetros, electrocardiogramas, electroencefalogramas) son ciencia, pero cuando llegan a la mente del científico que observa pasan a ser mediciones subjetivas ya no tan reales. En la mente del observador desaparece la objetividad científica porque no sabemos como sentimos. Solo descubriendo a fondo como sentimos podremos saber que es lo real. Algunos experimentos señalan que el cerebro crea la realidad cuando percibe. Por todo lo anterior se hace imprescindible una ciencia que estudie el sentir, que estudie la conciencia, sin ella no se puede hablar de realidad objetiva y de ciencia. El científico es un ser de energía interpretando la energía, cuando en realidad la debería sentir, hacerse uno con la energía, esa sería la mejor manera de comprenderla. La ciencia ya está en sus fronteras, más allá de ellas se vislumbra la consciencia. Los científicos pronto tendrán que volcar sus investigaciones hacia adentro y aceptar que sin calibrar sus sentidos (naturales analizadores de frecuencias con los que decodifica, modifica y crea su realidad) sólo se podrán aproximar a la energía con un modelo racional y teórico de interpretación pero jamás podrá tener certeza sobre ella. Las preguntas que más se hace la ciencia actual son: ¿Qué es la consciencia? ¿Cómo percibimos? ¿Qué es sentir? ¿Qué es esa energía que sentimos? ¿Existe una realidad allá afuera o hay que crear la realidad en la que valga la pena creer? La ciencia busca con afán la respuesta a estas preguntas.

En este sitio usted aprenderá sobre su energía, sobre su naturaleza musical y lumínica, al hacerlo le dará el recipiente adecuado, aquel que no la juzga ni la encasilla con nombres que no son los reales. Por eso utilizaremos el lenguaje de la física porque son los físicos los que con más inspirada y ferviente devoción han consagrado su vida al estudio de la luz y a la veneración por el universo y las estrellas, por su gravedad y su unidad con lo terrenal y el micromundo de las partículas. Las fronteras entre ciencia y religión cada vez son más estrechas, finalmente todos somos devotos de la luz. Según Einstein para la luz que salió del big bang no ha pasado ni un segundo porque a la velocidad de la luz el tiempo no transcurre. Los fotones son eternos, pueden estar aquí y en otra galaxia a la vez, son luz. Dios también está en todas partes, es eterno y es la luz, según todas las religiones. Lo que más se parece a la definición de Dios es la luz. Todos somos devotos de la luz y de la energía y todos buscamos esa gran unificación con el todo. Espero que el lector no se asuste cuando le digo que de la mano de la física cuántica iremos entendiendo nuestra energía, nuestro sentir, nuestra conciencia o incluso la luz divina porque vamos a descubrir que al entender nuestras sensaciones en términos de fotones, electrones y cuantos, aquella física mal entendida que tanto nos traumatizó en la secundaria se hace comprensible, agradable e imprescindible pues nos libera de tener que enclaustrar nuestra luz, energía y conciencia en el estrecho, limitado e inadecuado recipiente de: los conceptos, las doctrinas, las creencias, los tabus, los temores, los prejuicios y las afirmaciones infundadas, supersticiosas, míticas, culposas, malintencionadas o simplemente malentendidas y malinterpretadas. No hemos entendido la física cuántica simplemente porque no entendemos nuestra mente y nuestro sentir, pero de la mano del sentir vamos a entender que la cuántica es no solo comprensible y explicable, sino también, coherente, unificadora y más liberadora de la conciencia que cualquiera de las actuales religiones ya gastadas, manipuladas y mal interpretadas. Enfermedades como la psicosis, la depresión, el pánico, se originan por ignorar las leyes y fenómenos cuánticos que se están expresando a través de ellas. Al conocer las leyes cuánticas y aplicarlas al sentir, lo que antes era una debilidad se convierte en nuestra mayor fortaleza. Desconocemos nuestra mente por no entender la física cuántica y no entendemos la cuántica porque desconocemos nuestra mente. A los físicos les asusta lo mental, lo sensible, el hemisferio cerebral derecho (simbólico), lo religioso y a los estudiosos de lo espiritual y del hemisferio cerebral derecho les espanta la cuántica. Despectivamente los físicos opinan que lo mental es imaginación, sin embargo saben que sin comprender el fenómeno de la conciencia del observador, la física termina también en lo imaginario. Una ama de casa no necesita saber termodinámica para entender de que manera la olla a presión cuece los frijoles, pero intuitivas nociones de la energía le permiten entender la física doméstica. No se requiere una comprensión profunda de la cuántica, basta con captar de una manera intuitiva aquellos de sus conceptos que simplemente nos permitirán manejar con un nivel «doméstico» los cotidianos fenómenos de nuestro cuerpo mecanicocuántico. Lea la información de este sitio como cuando sale a caminar. Hay elementos del paisaje que lo atraen, otros le pasan inadvertidos, no intente captarlo todo de una vez. Cada día tenemos un ensueño y sólo vemos aquello que encaja y es isocrónico con ese ensueño. Aceptemos que hay cosas que solo se entienden a su debido tiempo, nunca antes ni después. Mañana, desde otro ensueño, veremos lo que hoy no vemos. Algunos temas son como «un álamo aislado», más adelante está «el bosque de álamos», luego de entrar en ese «ensueño de álamos» al repasar el camino andado verá que «hay álamos que no vio en la primera pasada» y que hay álamos por todas partes. El objetivo más que entender, es lograr que los conceptos muevan y estabilicen energía, tener conciencia del cuerpo, de la energía, conciencia de la conciencia.

ATRACTORES CAÓTICOS O ESPIRALES 

En una salida al campo con mi familia, mi hijo de 10 años me mostró un remolino entre dos piedras de un arroyo, lo especial era que dicho remolino desplazaba arena hacia arriba, como si fuera un tornado dentro del agua. Le expliqué que, según un científico llamado Prigogine, esa era una estructura disipativa. Estructura porque tenía forma, tenía cuerpo y disipativa porque el agua y la arena entraban y salían disipándose. Le expliqué que los seres vivos, los átomos, los soles, la llama de una vela y el pulso eran estructuras disipativas como ese remolino de agua y arena porque en ellos entra y sale materia y energía continuamente pero sin dispersarse ni perder la forma. Le echamos más arena y por unos instantes fue más notorio el remolino, pero rápidamente se quedó atrapada en esa estructura la misma cantidad de arena que tenía desde el principio. Solo al bloquear un poco la corriente desapareció la estructura pero reapareció al dejar fluir de nuevo la misma cantidad de agua. El remolino era un cuenco atractor que mantenía una cantidad de arena más o menos constante entrando y saliendo, pero a su vez, las condiciones de flujo, velocidad, presión etc conformaban otro cuenco atractor (invisible) que hacían que con esas condiciones y no con otras, colapsara allí un remolino. Le expliqué a mi hijo, aprovechando estos cuencos atractores, que el aura era un cuenco atractor similar, que contenía las condiciones requeridas para colapsar dentro de nosotros el pulso de nuestro corazón . Que a su vez el pulso era un remolino energético, un cuenco atractor como ese remolino de agua que traía arena y que así como podíamos mermar o aumentar el flujo de energía o de agua cambiando esos atractores, yo con la Sensopulsogimnasia (SPG) hacía estímulos con mi mano , mi respiración, mis ojos y todo mi cuerpo para intensificar ese remolino energético del pulso de mis pacientes . Que cuando alguien se enfermaba era porque algo le estaba bloqueando el flujo de energía y por lo tanto cambiaban las condiciones del cuenco atractor que le daba tono y vitalidad al remolino de su pulso. Que la muerte ocurría cuando el remolino energético que se autoentretiene en el pulso se disipa del todo como desaparecía el remolino al mermarle el flujo de agua. En nuestro cuerpo hay atractores invisibles, campos que propician que nuestra vida se estructure sin congelarse y se disipe sin disolverse. El cuerpo es un remolino de remolinos. Somos un atractor hecho de atractores y lo que le pase a cada uno de sus remolinos afecta al gran remolino corporal y viceversa.

PERCIBIR ES OBSERVAR UN CAMBIO, UNA VARIACIÓN

SPG: SensoPulsoGimnasia son tres letras de tres palabras que integran lo que siempre ocurre en un ser vivo cuando percibe. Senso (S) hace referencia al cambio en sus sensaciones que son variaciones en las oscilaciones eléctricas (S) de sus neuronas y células. Pulso (P) hace referencia al cambio en el flujo sanguíneo que siempre va de la mano con (S) el cambio en el sentir. La G de Gimnasia implica que todo acto sensible (S) y vascular (P) activan un movimiento muscular (G). Pero la vía opuesta también ocurre: un cambio súbito de actividad muscular (G) acelera el pulso (P) y electriza la piel con un nuevo escalofrío (S). Al medir el Senso con electroencefalogramas EEG o al medir los cambios vasculares (pulso) con secuencias de imágenes del flujo vascular mediante resonancia nuclear magnética (RNM), se descubre que el cerebro es como un arroyo en el que aparecen y desaparecen remolinos de sangre (P) y energía (S). Esos remolinos, llamados atractores, se hacen más intensos en el lóbulo temporal si el estímulo fue auditivo, o colapsan en el lóbulo occipital si el estímulo fue visual, o se detectan en el lóbulo temporal si fue un olor el que perturbó el "arroyo cerebral". En el "arroyo cerebral" se observa que si en un tiempo t2 se olfatea un aroma que es diferente al que había en t1, se cambia el atractor (SP) que había en t1 por un nuevo remolino de energía (S) y sangre (P) en el tiempo t2. Eso significa que hay un "reseteo" de la información (SP) entre el anterior olor de t1 y el nuevo de t2 . Así percibimos mediante comparación de como cambiaron las resonancias cerebrales desde t1 hasta t2 . Esas resonancias o remolinos son posibles de ver como punticos y anillos de colores frente a los ojos (S) y son sentidas como una determinada excitación del pulso (P) y ambas S y P se acompañan de una determinada tensión o mueca muscular G. Esa S, ese P y esa G cambian en t2 con el siguiente impacto sensorial .

Sentimos con la sangre. Un electroimán se hace al pasar corriente (un flujo de electrones) por la espiral de una bobina hecha de alambre de cobre (así se induce un campo magnético). A su vez, un imán moviéndose dentro de una espira de alambre induce corriente (así se prende una moto). En el cuerpo ocurren esta inducción cuando los microimanes de la ferritina de la sangre inducen corrientes (S) al desplasarse por esas «bobinas» arteriales que forman las espirales musculares en el corazón y los vasos sanguíneos. Esas corrientes  al variar (cambiar de atractor) redistribuyen el flujo (P) y en consecuencia la intensidad del imán. Es decir, a mayor flujo de ferritina (P), mayor campo (S) y mayor electricidad (S). Esa electricidad incrementada (S) y campo ampliado (P) es un nuevo atractor en t2 que viaja por las arterias (P),  los conductores corporales, que llegan hasta la piel produciéndonos los cambios en las sensaciones (S) las cuales nos hacen respirar y movernos (G). Ese flujo eléctrico (S) que es captado por el  ECG, es inductor y es inducido por campos magnéticos. A estos campos tradicionalmente se les ha llamado aura energética. La prueba de que esos flujos del cerebro (y del corazón) llegan a la piel (S) son los electrodos del electroencefalograma EEG o del electrocardiograma ECG que amplifican las oscilaciones en corazón y cerebro desde la piel. Otro aparato que confirma estos campos es el magnetoencefalograma MEG. Este último, basado en dispositivos superconductores que hacen mediciones mediante interferencia cuántica (Squids: Superconductive Interference Quantic Device), detectan y miden los sutiles cambios que pensamientos y sensaciones producen en el campo magnético cerebral.

RAYAR DIBUJANDO LOS ATRACTORES DEL CEREBRO

En la noche, despuás de ver el arroyo preocupado por ver demasiados tics (G) en el rostro de mi hijo, lo puse a hacer rayas en un papel para que tratara de sentir (SPG) esa energía, ese atractor (SP) que lo inducía a hacer esas muecas (G). Busacaba que al rayar (G) pasara esas fuerzas (SP) a su mano. Dibujó espirales al ritmo que movía (G) sus labios sus cejas y su nariz hasta que fue logrando hacerse consciente (SPG) de ese campo que lo perturbaba. Noté que sus tics eran un "remolino", un bucle pulsante , un atractor (SP que desaparecía cuando lo absorbía el "remolino" de su mano (G). Rayar era otro bucle pulsante en la mano que absorbía esa fuerza. Pensé que en él y en todos nosotros hay dos remolinos gemelos como los que descubrimos en el arroyo, uno era su remolino de energía consciente asumida y bien respirada (SPG), sus muecas normales y armónicas (su yo consciente) y el otro era el remolino de sus tics, su no yo (formado por el super yo y el ello instintivo en los términos del psicoanálisis). A éste no yo, en la Sensoterapia no se le racionaliza, ni se le pone nombres, simplemente se le maneja como el remolino de la energía (SP) por asumir (G). Ese (SP) es el campo áureo no alcanzado aún, los cuencos atractores que nos halan a actuar (G) pensar o ser de una determinada manera. Esos remolinos probables que nos atraen a caer en ellos se les llama atractores extraños o cuencos atractores. Son las tendencias (estadísticas) que nos enmarcan son nuestras ondas de probabilidad, los hábitos más comunes, la herencia. Los atractores determinan y son nuestros impulsos, instintos, patrones rítmicos, patrones de acción fijos, campos de resonancia mórfica. En síntesis: Somos un atractor hecho de atractores.

LA LEY DE LOS ESPEJOS. LAS PARTÍCULAS GEMELAS

 En aquel arroyo se formaban dos remolinos gemelos .  A escasos 6 centímetros de este cuenco atractor condensado de agua y arena, giraba en sentido contrario otro remolino más pequeño y que también arrastraba arena. Algunas de las partículas pasaban de un remolino al otro y luego retornaban o se escapaban de los dos. Los cambios que inducíamos en el remolino grande se reflejaban también en el pequeño. Era como si un remolino fuera el gemelo del otro. Aunque estaban correlacionados, no podríamos decir que el uno fuera la causa del otro, eran más bien como las dos vertientes ying y yang de una única energía de la que se desprendian y por tal razón eran complementarios, no se podía afectar uno sin que el otro no se viera afectado. Esta es la ley de los espejos y siempre se cumple en el cuerpo. Por ejemplo: El bucle tálamo cortical es un remolino con centro en la mitad del cerebro (el tálamo) que se repite en la pelvis con centro en los genitales y en el pecho con centro en el corazón. Así como hay una retroalimentación entre la piel de las caderas y los genitales excitados, hay una reentrada entre la piel del tórax y el corazón y la "piel del cerebro" (la corteza) y su eje central el tálamo. Lo que pase en cada uno de estos remolinos se refleja en los otros.   

EL TÁLAMO CONECTA 2) LAS PARTES DEL CEREBRO Y 1) A ÉSTE CON EL CUERPO 

El tálamo está en el centro del cerebro y según Rodolfo Llinás7 (autor del libro I of the vortex) el tálamo es como el eje de una bicicleta, emite sus “radios” hacia la corteza llevando la información que recoge de los sentidos. La piel y los sentidos son media rueda la otra media rueda faltante es la corteza cerebral. Pero ocurre que por cada una de estas fibras que sale del tálamo hacia la corteza hay 10, o a veces 99 que de la corteza regresan al tálamo modulando desde el “ensueño interior” subjetivo esa información que llega del mundo exterior objetivo. Se forma así un bucle tálamo-corteza-tálamo que oscila en los 40 ciclos por segundo de la banda gamma. Ese bucle rumia el ensueño interno del neocortex y es sobresaltado por las aferencias que entran por el tálamo desde los sentidos. El tálamo, que es el eje de la rueda, conecta entonces 1) el cuerpo con el cerebro y 2) el cerebro entre si. El tálamo, dentro del cerebro, pone en fase la música de dos sistemas neuronales de la siguiente manera: 1) El circuito específico recoge la información de por ejemplo una manzana y la lleva por el tálamo a los distintos “radios” de la corteza para que ella haga eco en el área visual, auditiva, olfativa, mientras 2) el circuito inespecífico tálamo – cortical es un bucle que hace un barrido rostrocaudal, en forma de parabrisas, que lee cada 25 ms todos los radios corticales, generando “la película de la realidad” cuando compara de que manera cambia esa manzana en los distintos radios de la corteza, de un cuadro a otro, pasando 40 cuadros por segundo. Un cuadro del t2 lo compara en su variación con el cuadro que le precedió en t1. 

EL CEREBRO DE ARRIBA Y EL DE ABAJO

El cerebro es una gran espiral superior pero tiene su imagen en espejo inferior, un remolino gemelo en la espiral pélvica . Si pensamos que la piel pélvica es la corteza (la rueda de una bicicleta) y los genitales son el tálamo (el eje) existe una radiación desde el eje a la periferia y nuevamente al centro que permite la excitación el fluir de campos (S) pulsaciónes y erecciones (P) y tensiones musculares (G) del centro a al periferia y nuevamente al centro. En la excitación sexual, los genitales son un remolino inferior en el que mientras más se agudizan las corrientes eléctricas de su vértice (tonos agudos), más ancha, más inclusiva, se hace la boca de ese remolino, sentida como tensión pélvica creciente o un mayor tramo de piel sensibilizado, mayor coherencia local de la sangre (tonos bajos) es decir, mayor erección y viceversa a mayor erección (bajos) más puntuales y eléctricas se hacen las sensaciones del vértice del remolino (agudos). Esta es la LEY DE LOS OPUESTOS y también ocurre en el entrecejo donde se pueden ver unos minúsculos punticos vibrantes y de colores (tonos agudos). Por ley de opuestosPLO mientras más grande se ve el fondo de una espiral, más pequeño se ve el centro.

Nos integran (binding) tres «ruedas de bicicleta»: Una en el cerebro, otra en los genitales y otra en el pecho. Somos conscientes por un bucle entre el tálamo y la corteza, pero el  placer es un bucle entre genitales (tálamo) y piel (corteza), la respiración un bucle entre corazón y piel de tórax y El binding entre estos 3 bucles (o ruedas): genital, respiratorio y cerebral es música.

 

LAS ONDAS CEREBRALES DELTA, TETHA, BETA, GAMMA

El cerebro y el cuerpo son como un arpa, tiene tonos bajos (ondas Delta en el EEG con 1 o 2,5 ciclos/seg), intermedios (ondas Theta 5-10 Ciclos/seg) y agudos (ondas Gamma 40 Hz). Esas notas forman un bucle una espiral musical que pulsa entre tálamo en el centro del cerebro (el eje de una rueda de bicicleta) y la corteza (la rueda). Los radios de esa rueda son unas conexiones que se llaman la radiación tálamo cortical y por ellos fluye un bucle de integración (binding) que correlaciona todas las partes del cerebro con el centro (el tálamo). Ese bucle tálamocortical son ondas, campos, fotones, colores y se puede ver con los ojos cerrados. Muchas personas, al cerrar los ojos, ven anillos de colores que formando un cono espiral se van alejando hasta convertirse en un lejano punto o ven un punto cercano (un tono agudo) que se va abriendo en anillos cada vez más amplios (tonos bajos) los cuales se convierten en una inmensidad frente a los ojos (un superbajo). O al cerrar los ojos ven una inmensidad al frente que lentamente se acerca y los comprime en el enfoque cercano (agudos, el vértice del remolino). Ellos se sienten expandidos (bajos) cuando el enfoque es lejano (un bajo, la boca del remolino) y contraidos (G) cuando el enfoque es cercano. Otros a veces se sienten inmensos (bajos) y luego minúsculos (agudos) o el cuerpo inmenso y la cabeza pequeña o viceversa. Todas estas sensaciones opuestas son un remolino, son las diversas expresiones de un único fenómeno común, son la percepción del propio campo de energía, de la envoltura áurea la cual es el campo magnetico inducido por el flujo de voltajes en el cerebro y que son reconocidos por los neurologos como las ondas del EEG: (delta alfa, beta, theta y gamma). Como ese arroyo cerebral pulsa y fluye de unos atractores a otros, ese campo (S) también pulsa (P) y despierta G en los músculos. Al expandirse (alejarse) nos relaja (bajos) y al contraerse (acercarse) nos tensiona (agudos). Es como un gran corazón magnético que nos rodea.

 CUANTO DURA UN SENTIR? 

 No sabemos sentir. Confundimos el sentir con el pensar, deberíamos aprender a decir “siento luego existo” en lugar de caer en el “pienso luego existo”. En una sinfonía y en la vida podemos estar atentos a los tiempos cortos como los del violín o podemos ignorar este hilo “continuo” y sólo atender a las repeticiones que, como los golpes de un tambor, se tardan más en volver. A menudo solo sentimos cuando hay dolor o sólo somos conscientes de nuestro sentir con cada final de un ritual, algunos sólo al final de la vida se enteran de haber vivido. Cuando un ciclo se repite la comparación entre esos dos tiempos nos permite la reflexión. A mayores repeticiones mayor reflexión, mayor consciencia. En el cuerpo un tono bajo o muscular (una Gimnasia) es un ciclo lento que como el del tambor tarda más en repetirse. Los ciclos medios son propios del corazón, del Pulso (P) y los ciclos altos, como los del violín, son propios de las ondas cerebrales. Estos tonos altos se sienten como un escalofrío eléctrico, que llamaremos Senso (S) por ser el responsable de las sensaciones, se detecta con electroencefalogramas (EEG) en la piel de la cabeza y con electrocardiogramas (ECG) en la piel del pecho y las extremidades. 

 La energía es música, vibración, ciclos que se repiten, ondas que se agitan en “el mar cerebral”. Esas ondas eléctricas en las neuronas, al igual que las olas del mar o las cuerdas de un piano, también tienen tres tonos básicos: los tonos altos que vibran cerca de 40 ciclos/segundo se les llama la banda de ondas gamma, los tonos medios que vibran a 10 ciclos/segundo se les llama banda de ondas tetha y los tonos bajos 1 ciclo/segundo, se les llama la banda delta. La frecuencia de 1 oscilación/segundo es también el ritmo del corazón y de muchos movimientos voluntarios, es un tiempo (una negra, dos corcheas) para el director de orquesta. El cerebro de los reptiles despiertos oscila a 1 ciclo/segundo. Sentir es resonar. Somos ondas hechas de ondas. Somos ondas cortas galopando sobre largas. Somos energía sintiendo la energía. Esa marea de ondas interfiriendo entre sí (Senso) forman un arco iris de anillos de colores y punticos posibles de ver al cerrar los ojos o frotarse los párpados. Esos punticos son electrones que nos hacen zumbar los oídos y corren por la piel en forma de escalofrío. Ese sonido interior que, como el violín marca los tiempos cortos, es la batuta que agita al marcapasos cardíaco (Pulso) y ambos (Senso y Pulso) tensionan los músculos para que ellos, al ejecutar los tiempos largos, sirvan de onda portadora del sentir. La SensoPulsoGimnasia nos hace con-scientes cuando sincronizamos el cerebro (S, tonos altos, tiempos cortos) con el músculo (G, tonos bajos, tiempos largos) a través de los intermedios del corazón (P). 

 CÓMO PERCIBIMOS EL PASO DEL TIEMPO? Cuánto dura un flash de la consciencia? Dura 4 segundos, dura 1 segundo, 1/10 de segundo, 1/40 de segundo?. La corteza (el piso superior del cerebro) es como una rueda cuyos radios confluyen a su eje que es el tálamo. Ese eje conecta todas las partes del cerebro; pero también todos los sentidos son “radios” que igualmente confluyen a ese eje de resonancia entre el tálamo y la corteza. El tálamo es el eje anatómico y funcional del cerebro, es la sede de la consciencia. Desde el tálamo percibimos los eventos en forma discontinua como los cuadros de una película que pasa a 40 fotos por segundo (una cada 25 milisegundos). Los movimientos lentos de los enfermos del mal de Parkinson ilustran esta discontinuidad porque “sus fotos” duran más de los 25 ms, en cambio la inquietud de los pacientes con tics ocurre porque sus “fotos de cosciencia” duran menos de 25 ms. En las personas normales, cada 25 milisegundos (ms) una onda de la “batuta talámica” recorre el cerebro de adelante a atrás y toma una “foto de consciencia”, escanéa las ondas que por los sentidos llegan en “ese ahora” de 25 ms y las compara con las oscilaciones neuronales propias del siguiente “ahora”, después con la “foto” de los siguientes 25ms, luego con el otro barrido de 25 ms, y así, en 100ms ha comparado cuatro “fotos”, cuatro “ahoras”. Los 25 ms de una “foto de consciencia”es un tiempo muy corto para “nosotros” que sólo nos percatamos de un ahora cada segundo cuando decimos, siento, siento, siento, siento, una vez cada segundo, con cada “lup dup” del corazón, es decir con cada Pulso. Un “lup dup” del corazón es una onda (P) en la que cabalgan 10 cuadros de la banda tetha de 100ms de duración y 40 cuadros de la banda gamma (de 25 ms) 

 

Si estamos atentos “al violín”, los tiempos cortos, un sentir puede durar un cuadrito de los más pequeños (25ms) o un pulso P de un segundo; pero si estamos atentos al tambor durará 4 respiraciones (G) o hasta todo el cuadro (16.000 ms). Cada “foto” o barrido del tálamo dura 25 milisegundos (40 barridos de 25 ms son 1000ms es decir un Pulso de 1 segundo), lo cual significa que un sentir puede ser una foto de 25 ms de duración si se percibe en la banda gamma (el violín), pero también es una foto de 100 ms para la banda tetha o es una foto de 1 segundo (1000ms) de las tomadas en la banda delta o en cada pulso del corazón (P). 

SINCRONIZAR MUCHOS TIEMPOS EN UNO SOLO. Según el neurofisiólogo Rodolfo Llinás “tardaríamos tres días en cantar un gol” si cada neurona lo cantara aislada. Pero tenemos un director de orquesta en el cerebro, llamado el tálamo, cuya batuta recorre el cerebro 40 veces en un segundo acompasando en 1/40 de segundo todas las neuronas que están cantando ese gol. Ha sido ampliamente demostrado que la sincronía o el enganche de fases es el mecanismo a través del cual las distintas poblaciones neuronales se unifican para “cantar un gol a una sola voz”. Pero esa sincronía no sólo ocurre entre las distintas poblaciones neuronales del cerebro (Senso), esa onda de coherencia debe descender a lo visceral, ser sentido con la sangre al sincronizarse con el pulso del corazón (Pulso) y hacerse movimiento al galopar sobre el ritmo muscular (Gimnasia). Esto es hacerse “con-siente” mediante la SensoPulsoGimnasia (SPG). Es mediante este alineamiento de ondas altas (cerebro), medias (corazón) y bajas (músculo) que nos hacemos “con-scientes”. Se ha demostrado que los músculos vibran, aún en reposo, con un tremor fisiológico a 10 oscilaciones /segundo. Esto significa que por cada 4 movimientos de la batuta del tálamo se da uno del tremor muscular. Todo nuevo movimiento se inicia en fase con ese tremor, es decir que galopando sobre esta “batuta muscular” se ejecutan los ritmos motores, es decir los tiempos largos de 1 a 4 segundos. 

 PENSAR ES UNA GIMNASIA.  4 segundos son el tiempo en el que se puede recitar un verso son como para definir que: “soy consciente porque escucho veo y siento”. Cuatro versos (16 pulsos cardíacos, 16 “tiempos” o subrayados) forman una estrofa: 

 “soy consciente porque escucho veo y siento” (S) 

 pero5 sentir6 no es función7 del cerebro8 

Sentir9 ocurre10 en el corazón11, (P) sin embargo12” 

siento13 en el pulso14 pero entiendo15 en la razón16”(G). 

 Un verso “con tesis y antitesis a bordo” tarda 15 o 16 segundos en ser pronunciado o pensado, lo cual significa que en un minuto hemos recitado cuatro estrofas como las anteriores. Al hablar en voz alta o al discutir con nosotros mismos o con las imágenes mentales de nuestros interlocutores o al recitar una oración hacemos SensoPulsoGimnasia, alineamos: altos, medios y bajos, tiempos cortos con medios y largos, estableciendo relaciones de 1 a 2, a 4 a 8, 16 .... lo cual es una escala de octavas. Esto implica que nuestro sentir es música y cuando nosotros estamos pensando, cantando o recitando las 12 o 16 sílabas de un verso y los 4 o 16 versos de un argumento nuestro cerebro (S), corazón (P) y sistema muscular (G), están resonando en octavas musicales, armónicas y comparando tiempos largos (4, 16 segundos) con los cortos (25, 100ms), las notas bajas (G) con altas (S). Estas relaciones armónicas donde la frecuencia baja es la portadora de las frecuencias altas forman los distintos niveles y tiempos en los cuales somos conscientes.

De esta secuencia se deduce que somos conscientes cada 25 ms, cada 100 ms, cada segundo, cada 4 segundos o cada 16 segundos según si estamos atentos al violín o al tambor, si medimos a los otros tiempos con el sonido interior y los punticos (S), o con el pulso (P) o con la respiración. Si nuestro cronómetro son las estrofas o los rituales y patrones de acción fijos (G), consciencia de si es muy discontinua si lo es la luz y el sonido el sentir se hace un continum. En resumen: ser consciente es hacer música, es sentir los tonos altos (S) del neocortex y alinearlos con los medios (P) del cerebro mamífero y con los tonos bajos (G) del movimiento muscular al ritmo del corazón, es decir con las ondas delta propias del cerebro reptil. Ser con-sciente es hacer SensoPulsoGimnasia SPG, es estar atento y resonante en los tiempos cortos, medios y largos.

Finalmente es con cada pulso del corazón o de la respiración cuando sentimos que la realidad está sucediendo, que el “río del tiempo” está pasando. Esa consciencia fluye en nuestro cerebro como un “sonido cerebral”, como una onda de 10 ciclos/seg sobre la que cabalga otra a 40 ciclos/seg. De un modo practico, somos conscientes por un sonido interior, un grillito en los oídos (S), que le da ritmo al corazón (P) y éste a la respiración (G) 

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 CONSCIENCIA CUÁNTICA DEL SENTIR 

  

LA CONCIENCIA ES SINCRONIZACIÓN 

  

La consciencia es música 1 Hacer consciencia es darse cuenta, percibir, sentir, resonar, es poner en fase o sincronía unas ondas cerebrales con otras2, es medir, es colapsar la función de onda3, es hacer SensoPulsoGimnasia4. Hacer SPG es conectar la energía neuronal (S) y el pulso vascular (P) con el yo voluntario, el cual se expresa a través del músculo (G). Las neuronas del cerebro oscilan con campos eléctricos variables en cuatro bandas de frecuencia que son las “ganancias” que nos han quedado de cada estadío evolutivo: reptil, mamífero y humano por los que hemos pasado. Las ondas delta del cerebro reptil oscilan de 1 a 2,5 ciclos/segundo o hertz, son propias de los reptiles despiertos y de nuestro cerebro profundamente dormido en el sueño de ondas lentas. Las ondas theta (5 -10 c/s) son propias de los mamíferos5 y del sistema límbico o hipocampal (el cerebro mamífero). Las ondas alfa (10 c/s) se emiten durante la relajación, son un estado de sincronización y descanso del cerebro6 que se perturba por las ondas beta (20 c/s) cuando hay actividad mental o en el sueño con movimientos oculares rápidos. Las ondas gamma (40 c/s) forman un bucle integrador entre el tálamo y la corteza. Hacer consciencia es hacer música, es poner en fase o en sincronía esta secuencia de octavas 2,5, 5, 10, 20, 40 c/s, las ondas bajas, intermedias y altas del electroencefalograma EEG. Ser consciente es resonar, ligar, hacer binding entre las oscilaciones de un ensamble de neuronas en un área del cerebro y otro ensamble “gemelo” en otra área8. 

El tálamo está en el centro del cerebro y según Rodolfo Llinás7 es como el eje de una bicicleta, emite sus “radios” hacia la corteza llevando la información que recoge de los sentidos. Pero por cada una de estas fibras que sale del tálamo hacia la corteza hay 10 o a veces 99 que de la corteza regresan al tálamo modulando desde el “ensueño interior” esa información que llega del exterior. Se forma así un bucle tálamo-corteza-tálamo que oscila en los 40 ciclos por segundo de la banda gamma que rumia el ensueño interno del neocortex y es sobresaltado por las aferencias que entran por el tálamo desde los otros radios de la rueda, los que vienen desde la piel y los sentidos. El tálamo, que es el eje de la rueda, pone en fase la música de dos sistemas neuronales. 1) El circuito específico,  que viene desde los sentidos y recoge la información de por ejemplo una manzana, la lleva por el tálamo a los distintos “radios” de la corteza para que hagan eco en el área visual, auditiva, olfativa, mientras un barrido escanéa en 25 ms todos los radios corticales desde la corteza occipital a la frontal y pasando en forma de parabrisas va generando  “una película” que compara a 40 cuadros por segundo las variaciones de esa manzana en los distintos radios de la corteza. Este binding lo hace 2) el circuito inespecífico tálamo – cortical.   

  

 

El barrido talámico sincroniza en un sólo tiempo de 25 ms los distintos espacios (radios) y engancha el área olfativa con la visual, la táctil y con la que informa cuanto pesa esa manzana que se tiene en la mano. Ligando además este input con el ensueño interior, con el contexto. Al hacerlo alcanza la consciencia de “el ahora” lo que llamaremos el “colapso de la función de onda”. 

“Sólo vemos lo que excita nuestro ensueño, en último termino a nuestro corazón”. Una manzana es lo que signifique para nuestro ensueño. Durante el dormir con sueños o aún durante la vigilia sólo nos despierta del “ensueño” aquellos estímulos que son isocrónicos, con el bucle tálamo cortical, por ejemplo el llanto del bebe despierta a la madre. Es decir que sólo vemos la manzana cuando se engancha en fase con los 40 c/s del bucle tálamocortical, sólo la vemos si le cambia su amplitud de pulsación. Para el cerebro “La realidad es un ensueño” Llinás. 

 

Llinás y su grupo de la U. de NY7 hicieron mediciones con MEG (magnetoencefalografía) y detectaron que si al oído humano se le da un click y a los 10 milisegundos se le da otro click, los percibe como uno sólo. Pero cuando se da el segundo clic a los 12,5 ms, lo diferencia como separado del primero. De lo que se deduce que el bucle tálamo cortical hace un escanéo que se demora 12,5 ms. El segundo clic se oye separado porque no cabe en el primer escanéo. Estos 12,5 ms son el timing o tiempo mínimo de percepción. Somos conscientes cada 25 milisegundos porque éste es el tiempo que gasta el barrido talámico en comparar un “cuantum temporal” de 12,5 ms con los siguientes 12,5ms. Es decir, percibimos por comparación. La realidad es una película discontinua que pasa a 80 cuadros por segundo, en un segundo caben 80 tiempos de 12,5ms, pero sólo se es consciente de los cambios de cuadros cada 25 ms (40 por segundo). 

Benjamit Libet9 con estudios electroencefalográficos detectó que hay un retardo de 500 ms entre un estímulo hecho en la piel y el momento en el que el sujeto se hace consciente de él. Ese retardo se da aunque el estímulo sea hecho con electrodos en el área somatosensorial de la corteza. En conclusión el cerebro haciendo el binding gasta entre 25 y 500 ms (20 veces 25ms, 40 veces 12,5ms). Esas comparaciones son música que integra a una determinada aferencia sensorial con el resto de la corteza y como veremos más adelante ligándola al corazón que escanéa el cuerpo cada 500 ms o cada segundo según la frecuencia cardiaca. Para el corazón la realidad es una película que pasa a un cuadro por segundo y para la respiración pasa a un cuadro cada 4 segundos. 

Las relaciones o proporciones armónicas entre las distintas ondas del cerebro serían las responsables del sentir, del asociar y de la memoria misma. Estos procesos surgen de comparar las frecuencias o intervalos musicales entre ondas. Jhon Lisman11 de la U. de Bandeis, piensa que la onda theta a 6 ciclos/segundo es una portadora para la ondas gamma. Caben 7 ondas gamma a 42 c/s en una onda theta de 6 ciclos/segundo (6 x 7 = 42). Estos 7 tiempos de la frecuencia alta en un tiempo de la baja (7 veces 6), serían los 7 dígitos que se pueden retener en la memoria a corto plazo y que permiten recordar un número telefónico. Son las comparaciones de frecuencias y el binding las que determinan incluso la capacidad de la memoria. 

Hay autistas sabios “savants” que pueden hacer cálculos complejos en segundos, tales como: saber que día era el 3 de mayo de 1828, o que hora es al momento de despertarse con segundos de precisión, o saber qué número multiplicado por qué otro da 1.234.567.890. Dos gemelos savants contaron una caja de fósforos de un solo golpe de vista, un gemelo dijo hay 111 y el otro dijo 37, 37, 37. Dividir las percepciones les permite tener certeza en los detalles como diferenciar las milésimas de segundo entre la llegada de un sonido a un oído y al otro. Allan Snyder 10 opina que lo logran porque no tienen “ese binding”, no tienen que ligar esa información a su devenir. Por ser autistas ejecutan estos cálculos en “el nivel inferior del cerebro” sin ligarlos al contexto porque ellos mismos están “descontextualizados”. Gastamos entre 25 y 500milisegundos en precisar, en asociar, en ligar las partes al todo, lo mecánico a lo emocional, los estímulos externos que llegan por el sistema específico con el ensueño que vivimos en el devenir en el sistema inespecífico. 

 

LA CONCIENCIA ES EL COLAPSO DE LA FUNCIÓN DE ONDA 

 LO REAL ES LO QUE SE PUEDE OBSERVAR 

La base de la teoría cuántica es el principio de incertidumbre de Heisenberg del cual se desprende que “sólo podemos hablar de lo que se observa”. Los experimentos con partículas demuestran que no se puede creer en la existencia de un mundo real allá afuera independiente del observador. Así como la manzana es importante según el contexto. Esta “objetividad de la subjetividad” nos obliga a pensar que para poder entender que es la realidad debemos saber cómo percibimos. A la medición que desde el mundo clásico de los objetos macro se hace de una partícula cuántica del mundo de la energía se le llama el colapso de la función de onda. Observar es colapsar la función de onda, percibir y sentir son importantes porque crean la realidad al observar. La función del cerebro es colapsar la función de onda y quizá crear la realidad misma. El premio Nóbel Ilya Prigogine14 afirma que no se puede hablar de la existencia de seres en el mundo de las partículas hasta que estos no se hagan devenires en el mundo macro. Sólo cuando las condiciones están dadas, un cuanto del micromundo se agita y se amplifica hasta el mundo clásico como un bucle que transforma el devenir (se hace observable). Sólo se puede decir que ese cuanto existe, cuando se ha amplificado hasta el devenir clásico, del mismo modo que el aleteo de una mariposa puede ser amplificado y convertirse en tormenta si las condiciones están dadas. 

UN GATO VIVO Y MUERTO A LA VEZ  

El experimento de las partículas gemelas de Alain Aspect y muchos otros que le han seguido, demuestran que hay dos mundos; un mundo Unitario (U), no local correlacionado, coherente que es el mundo cuántico de todas las probabilidades donde pueden superponerse el on y el off, donde un gato en el interior de una caja con uranio radiactivo, mientras no se observe, está en dos estados superpuestos, vivo y muerto a la vez. Solo cuando se observa el gato sale de la superposición cuántica, colapsa la función de onda y aparece en el otro mundo en el mundo clásico de lo observado, en el mundo de lo que se ha hecho Realidad Objetiva. Este es el mundo Clásico newtoniano se está en 1 o en 0, se está vivo o muerto en on o en off, es el mundo de lo macro, es el devenir según Prigogine. 

PENSAMOS CON MICROTÚBULOS COMO ESTE

Antes creíamos que las neuronas podrían ser el substrato de la consciencia, asociábamos el cerebro a un procesador que funcionaba con unos y ceros en on (1) o en off (0). Pero según Roger Penrose y Stuart Hameroff13 la consciencia es cuántica. El cerebro es una computadora cuántica que trabaja con qbits, es decir, puede estar en on y en off, en 1 y en 0 simultáneamente. Más abajo de la neurona está la tubulina, una proteína que es la unidad fundamental de la que están hechos los microtúbulos. El citoesqueleto de las neuronas y de todas las células están hechos de microtúbulos. Cada molécula de tubulina tiene forma de maní y puede contener en su bolsillo un electrón. Ese electrón por ser un objeto del mundo cuántico tiene las extrañas propiedades no locales de los cuántos. Es decir puede estar en dos lugares a la vez, es un qbit, puede estar encendido y apagado simultáneamente, es decir superpuesto. 

 UN PENSAMIENTO ES UN VÓRTICE QUE COLAPSA EN EL MAR DE LA MENTE 

Las ondas del cerebro en estado alfa son como un océano cuántico totipotencial coherente, es decir puede estar en todos los estados simultáneamente, superpuestos. Esa mente total con todas los recuerdos posibles pero no reales puede ser perturbado por uno solo real y concreto. Este sería como un remolino, un atractor, una perturbación en ese mar sereno lo cual origina "una tormenta cerebral" que es la  amplificación de “un aleteo de mariposa" en el mar cuántico de microtúbulos”. Otra forma de mirarlo es pensar que en esas ondas alfa sincronizadas en un estado de no pensamiento concreto ocurre la decoherencia, al ser perturbadas por el cambio de fase que ocurre en el bucle tálamo cortical a 40 c/s, cuando éste se sincroniza con los eventos externos por ejemplo una manzana o el llanto del bebé. Esa decoherencia que se instala es el colapso de la función de onda  y da lugar a la consciencia, al pienso luego existo, al siento luego existo, o según Llinás al “hago binding luego existo. Cada pensamiento es una medición cuántica, es un elegir una probabilidad de entre las muchas alternativas que coexisten superpuestas en ese océano coherente y totipotencial que es la mente. En este sentido cada percepción es un colapso de la función de onda. 

  

LA CONCIENCIA ES EL COLAPSO DE LA FUNCIÓN DE ONDA Y ES SINCRONÍA 

LA CONSCIENCIA VIENE DE ADENTRO O DE AFUERA?

Según el modelo RO Orch (realidad objetiva orquestada) de Penrose y Hameroff, hay un océano de energía o mundo U totipotencial en los microtúbulos de las neuronas y desde esos qbits surge el imput, ese colapso de la función de onda que es amplificado por las neuronas fabricando la consciencia. Para Hameroff el binding tálamo cortical engancha esa secuencia de unos y ceros que han ido colapsando la función de onda amplificando ese input 40 veces en un segundo, llevándolo hasta el mundo macro de las neuronas e integrándolo con las aferencias que por la vía tálamica llegan desde los sentidos con los “clics” del mundo exterior. En cambio, Rodolfo Llinás7, no le apuesta a la cuántica en las neuronas, pero apoyados en su modelo podemos pensar que el bucle tálamo cortical “colapsa la función de onda” cuando integra los clics externos (la manzana el llanto del bebé) a un ensueño que la corteza viene rumiando a 40 ciclos/segundo. Los estímulos exteriores sólo son una voz que llega de afuera en medio de 10 o a veces 99 voces interiores, por esa relación de 10 aferencias de la corteza al tálamo frente a 1 del tálamo a la corteza. Cuando vamos de la casa al trabajo, los estímulos que nos llegan de afuera son “una voz” que encaja con las 99 veces anteriores (y voces interiores) que nos recuerdan lo pensado en ese recorrido. Es más importante el ensueño que se lleva en la mente (la manzana del paraíso, de Newton o del desayuno) que el estímulo aislado (la manzana en la mano), es más importante el contexto que el texto. Haciendo una síntesis del modelo RO Orch y el de Llínás, no es incorrecto afirmar que el binding tálamo cortical “colapsa la función de onda” cuando un estímulo externo que llega por el sistema específico (los sentidos) hace un enganche de fases y se sincroniza con una onda semejante adentro, en el ensueño del yo consciente que se rumia en el sistema inespecífico a 40 c/s y que está en diálogo con ese mundo U no local formado por la red superconductora de microtúbulos donde están todas las probabilidades, todos los tiempos y posiblemente conecte todos los seres en un no tiempo impersonal no local, cuántico. 

 LA GIMNASIA QUE NOS CONECTA

Ese amplio catalogo de probabilidades o mundo U sería, en “el ensueño de Llinás”, todos los esquemas motores predeterminados o Patrones de Acción Fijos (PAFs) que el cerebro tiene automatizados. Son PAFs: las muecas, los tonos corporales, emocionales, de voz y afectivos. Estos PAFs son patrones de acción predeterminados que limitan los grados de libertad del yo, estrechando su ramillete de probabilidades, pero a la vez lo eximen de tener que pensar en como: caminar, hablar, nadar, copular, defecar, bailar. Esas Gimnasias predeterminadas (PAFs) serían ese mundo U de muchas posibilidades del cual se elige uno cada vez. Sólo una de ellas colapsa como Realidad Objetiva en cada “ahora”. Pero no colapsa al azar, viene predeterminada por un ensueño que se sueña, viene predeterminado por eventos gemelos de otro tiempo. Las aferencias que del mundo exterior llegan por la vía talámica específica modulan y activan ese ensueño sintonizando determinados PAFs y preparándolo para otras aferencias, otros colapsos de la función de onda, otros ahoras, otros PAFs. 

HACER SENSOPULSOGIMNASIA (SPG) ES COLAPSAR LA FUNCIÓN DE ONDA, SINCRONIZARSE 

SENTIMOS CON LA SANGRE 

Sentir es amplificar ese vórtice eléctrico desde el mundo cuántico de los electrones superpuestos en dos estados a la vez en la tubulina de los microtúbulos, hasta hacerlo devenir en el mundo clásico de las neuronas (S) pero no somos conscientes en el cerebro, ese input (S) debe descender al corazón (P) y al cuerpo hasta convertirlo en acciones musculares concretas (G) que se expresan mediante PAFs. En este sentido sentir es colapsar la función de onda, es hacer SensoPulsoGimnasia (SPG). Senso se refiere a los cambios eléctricos, Pulso a los cambios vasculares y Gimnasia a los movimientos que los dos anteriores implican. Toda sensación S o cambio eléctrico implica un cambio vascular P. “Sentimos con la sangre”: el ruborizarse, la erección, el vació abdominal, el frío en las manos o la jaqueca son cambios vasculares (P) que acompañan a los cambios eléctricos (S de Senso); pero este colapso SP de la función de onda no es completo hasta que no implique el sistema muscular voluntario (los dedos, los labios, la lengua) que en última instancia es el territorio del yo consciente. 

 Estudios con electroencefalogramas (EEG) y Resonancia nuclear magnética funcional (RMNf) confirman que en el cerebro hay cambios eléctricos y vasculares en las áreas donde se integra una determinada percepción, allí donde se percibe un determinado “clic”, allí “colapsa la función de onda”. Pero cualquier “aleteo de mariposa en el cerebro” (S) no es un devenir o una Realidad Objetiva hasta que no se orquesta a lo vascular (P) y a lo motor voluntario convirtiéndose en una “tormenta de acciones” (G), materializándose en  PAFs. 

EL RITMO HIPOCAMPAL A 10 CICLOS/SEGUNDO Y EL CORAZÓN

Como se conectan cerebro (S) y corazón (P)? Mediante un sonido interior que está en fase con el corazón. En 1978 D. T. Kemp12 descubrió que al hacer un clic sobre el oído o emitir una nota y colocando un micrófono en el conducto auditivo, en 5 o 25 ms se recoge un eco en una frecuencia principalmente parecida a la emitida. Estos ecos u otoemisiones acústicas son normales en el 98% de las personas y pueden ser inhibidas desde el oído opuesto al estimularlo, lo cual indica que debe ser un eco no solamente local, sino de toda la vía auditiva. Al hacer un clic sobre el oído, Mariza Pedemonte5 y su grupo de la U de Uruguay demostraron sincronización de ondas o enganche de fases entre las oscilaciones espontáneas de las neuronas del hipocampo en ritmo theta (8-10 c/s) y distintos niveles de la vía auditiva (la corteza auditiva primaria, el colículo inferior, y la cóclea del oído). Pero además demostraron un enganche de fases entre esta música “audiohipocampal” en theta con la onda R (la sístole) del electrocardiograma ECG. Es una sincronía en el tiempo y a distancia que conecta cerebro y corazón. Detectaron además arritmias cardíacas que ocurrían durante el sueño paradójico en cobayos de experimentación cuando se desorganizaba el ritmo theta en el hipocampo. Pero esta conexión es de doble vía, también demostraron que el 34% de las veces el núcleo coclear descarga sincrónicamente con el ruido cardíaco. Eso nos hace pensar que el pulso en el oído o incluso la propia voz podrían despertar otoemisiones acústicas, pues “coincidencialmente” el 34% de las veces las otoemisiones acústicas son espontáneas, sin clic externo que las estimule. A favor de esta hipótesis está el hecho de que las descargas eléctricas rítmicas cocleares que se enganchan con el ritmo theta hipocampal desaparecen al comprimir la carótida homolateral al registro. 

EL TREMOR MUSCULAR A 10 CICLOS/SEGUNDO

Y como se conectan cerebro (S) y corazón (P) al músculo (G)? Mediante un tremor continuo a 8 o 10 ciclos/segundo con el que los músculos continuamente vibran, aún en reposo. Este tremor es ampliamente analizado por R Llinás en su libro "I of the vortex". Así las cosas los PAFs o Gimnasias osteomusculares serán los “aparatos de medida cuánticos” que, al igual que el gato de Schrodinger, colapsan la función de onda al amplificar hasta “el devenir de Prigogine”, hasta el mundo clásico los fenómenos cuánticos, amplifican los encendidos o apagados (1 o 0) que desde el microtúbulo enganchan con la música audiohipocampal (S) y ésta con el pulso vascular magnificando con S y P los remolinos o atractores que desde el microtúbulo o desde el afuera bifurcan a nuevos estados. Esos aleteos de mariposa y “tormentas cerebrales” formados entre las ondas delta, theta, alfa, beta y gamma, son en esencia una espiral de octavas bajas, medias y altas que forman cuencos atractores rítmicos, música.  

SÍNTOMAS QUE SON GATOS DE SHCRODINGER O AMPLIFICADORES CUÁNTICOS

Son FAPs que amplifican los S a través de P hasta el músculo: Comer uña, frotarse los párpados, alisarse el cabello, mascar chicle, fumar, bostezar suspirar, los tics, las muletillas, los acentos del habla, en una palabra respirar, todos ellos son estereotipos motores rítmicos y secuenciales, son una gimnasia muscular que colapsa la función de onda y amplifica hasta lo muscular una carga eléctrica S que altera sutilmente el ritmo cardíaco P y hace SPG. Comer uña, rayar en un papel haciendo garabatos, contar números descargando la rabia o tensionar el dedo pulgar contra el pliegue de alguno de los otros dedos (G) para sentir (S) el pulso (P) en ese dedo, son Gimnasias que permiten enganchar con el mundo macro (G) a esa pulsión P y a las sensaciones S que en forma de “stress” perturban el lago sereno de la mente sacándolo de su coherencia y su sincronización (decoherencia). Aquellos aparentes tics o compulsiones no son manías sin sentido, son un sentir cuántico, una SPG que colapsa la función de onda de un modo inconsciente. Rayar, contar o sentir el pulso es una “catarsis” que las hace conscientes. Nuestro sentir es cuántico y muchas patologías que hemos menospreciado como histeria, somatizaciones, compulsiones o adicciones, son mecanismos energéticos o cuánticos. Son expresión de ese ensueño rítmico cadencioso y mecánico que cantan nuestros sistemas extrapiramidal y es hecho con-siente por el sistema piramidal a través de los músculos voluntarios, de sus muecas y tonos vocales, de los Patrones de Acción Fijos PAFs) sobre los que galopa nuestro ensueño, ese drama interno que el yo sueña en su devenir y en sus relaciones. 

Con esta misma lógica se pueden interpretar el bruxismo, la hipertensión, las arritmias, el síndrome de pánico, del túnel carpiano, la tensión de la nuca, la opresión precordial, las contracturas paravertebrales, el asma, etc. Todas ellas son una Gimnasia inconsciente que busca colapsar la función de onda, enganchar ese tono muscular en tensión dinámica (G) con las notas que por el sistema audiohipocampal están siendo llevadas desde el bucle talamocortical (S) hasta el corazón (P). La voz hablada o pensada o la simple respiración son la mejor SPG que colapsa la función de onda. Un respiro se logra al sentir que el hilo eléctrico (S) del corazón (P) se engancha con la respiración (G), estos tres tonos: agudos (S), medios (P) y bajos (G) alineados son un respiro de alivio que al colapsar la función de onda en el pecho o en el pulso, restablecen la música corporal. La sexualidad es la SensoPulsoGimnasia más fisiológica y terapéutica. Las tensiones pélvicas son los bajos (G), el pulsar de la sangre en los genitales son los intermedios (P) y el escalofrío en piel son los tonos agudos (S). En la voz, en la sonrisa desde el corazón también se alinean esos tres tamaños de anillos musculares y frecuenciales en tonos bajos, intermedios y altos. Al cerrar los ojos esas tres gamas de frecuencia pueden verse como anillos de colores o punticos de tamaño grande, mediano y pequeño que despiertan un zumbido en los oídos, grave como el tremor de un motor, o agudo como el de un grillo. 

Ese eco es más agudo mientras más pequeños sean los punticos. Hacer un ejercicio intenso es una G en tonos bajos que hace sentir: el pulso agitado (P), zumbar los oídos, ver luces frente a los ojos y un escalofrío eléctrico (S). Este escalofrío hace sudar la piel para mejorar la conducción de ese voltaje que no es diferente del recogido por los electrodos del EEG y el Electrocardiograma (S). El pulso radial es específico para las bajas frecuencias, el pulso cubital para las intermedias y el pulso de los dedos para las altas. Mientras más hacia la punta, más electricidad se siente, más alta es la frecuencia. Pero esos agudos descubiertos en la piel de los dedos deben descender al pulso radial (los bajos) enganchando en él bajos y agudos en sincronía. 

Igual que el eco de Kemp, o el bucle tálamo cortical cambian su frecuencia o amplitud de pulsación con “los clics” externos, en la arteria se puede sentir un reseteo de la onda del pulso en respuesta a estímulos o “clics” inducidos desde afuera. Ese reset cambia la música o el ensueño que se venía “rumiando”. Esos “sobresaltos cardiacos” fueron descubiertos por el cirujano cardiovascular René Leriche en 1943 mientras operaba a un paciente con un aneurisma o dilatación de la aorta, dicho aneurisma se hacía más amplio (P) cuando él acercaba su mano sin tocarlo (S). Paul Nogier redescubrió este reflejo y lo llamó señal autonómica vascular (VAS). A la luz de esta visión cuántica del sentir el VAS es un cambio en la amplitud de la onda del pulso (P) que se presenta cada que se hace un estímulo sobre el campo energético (S). Un stress psíquico, emocional o relacional hace las veces del estímulo sobre el campo, el corazón responde aumentando esa amplitud de pulsación (P) y el músculo inconscientemente hace la gimnasia que en forma de síntoma (hipertensión, pánico, comer uñas) colapsa la función de onda. Este reflejo vascular fue utilizado por Nogier para dialogar con el organismo y corregir circuitos de bioinformación. La auriculomedicina de Nogier, La Bioenergética, la Sensopulsogimnasia, la Pulsología China y la del Ayurveda son técnicas terapéuticas que observan en el pulso el colapso de la función de onda, utilizando de un modo terapéutico este percibir no lógico sino musical, resonante, que ocurre mediante la sincronización, el cual es actualmente el mecanismo más aceptado como responsable de las comunicaciones entre poblaciones neuronales. Lo que nosotros percibimos como imágenes, sonidos o cosas para las neuronas son ondas, variaciones en sus oscilaciones intrínsecas, intervalos musicales. 

  1 

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11 

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"Striving for coherence" by Wolf Singer, Nature, vol 397, p 391 (1999) "Theta activity, virtual navigation and the human hippocampus" by John O'Keefe and Neil Burgess, Trends in Cognitive Sciences, vol 3, p 403 (1999)   

12 

Kemp DT: Stimulated acoustic emissions from the human auditory system. J Acoust Soc Am 1978;64 (5): 1386-1391.

Kemp DT, Ryan S, Bray P. A guide to the effective use of otoacustic emisions. Ear and Hearing 1990: 11:2 

13 

 http://www.consciousness.arizona.edu/hameroff/ 

 Hameroff S.R. (1994), 'Quantum Coherence in Microtubules: a Neural Basis for Emergent Consciousness', Journal of Consciousness Studies, 1, pp. 91-118.  

14 

 Ilya Prigogine From Bein to becoming. Freeman, San Francisco, 1980. 

  http://www.sensoterapia.com.co 

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